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LA
INCLREIBLE HISTORIA DE LA HUMANIDAD
Tengo
el gusto de enviarles la trascripción que sobre le origen de
las razas nos envió el señor Coronel Clímaco Ramírez
Quintero, Miembro Correspondiente de la Sociedad Geográfica de
Colombia. Atentamente, Alberto Mendoza Morales. Arquitecto, Presidente
SGC.
"Maestro:
Permítame que le trascriba lo que dice James C. Davis en su libro,
La Increíble Historia de la Humanidad:
"Nuestro relato comienza cuando humanos como nosotros evolucionaron
y ocuparon la Tierra. Antes de que eso sucediera, otros humanos ya habían
existido y habían desaparecido. El más importante de nuestros
antepasados fue el HOMO erectus, así llamado porque caminaba
derecho sobre los pies. Se desarrolló en África, hace
dos millones de años, y se desplazó a Asia. A veces vivía
en cuevas y a veces al aire libre, construía sencillas herramientas
de piedra y aprendió el uso del fuego. El Erectus tenía
una frente amplia y un cráneo más plano que el nuestro.
Si uno de ellos subiera hoy a un autobús, seguramente los demás
viajeros de bajarían de él sigilosamente.
Antes de que el Erectus desapareciera, hace aproximadamente trescientos
mil años, engendró la especie a la que pertenecemos. Nosotros,
por supuesto, somos el Homo sapiens. Sin ninguna modestia nos damos
este nombre porque tenemos el cerebro más grande, encerrado en
un cráneo mayor, que el Erectus. A pesar de ese cráneo
más grande, el humano Sapiens primitivo no obtuvo el don del
lenguaje.
Los antropólogos cambian de idea cada vez que encuentran un cráneo
antiguo, pero ahora están bastante seguros de que nuestras propias
subespecies evolucionaron a partir del Sapiens hace unos ciento sesenta
mil años. Problamente en África, más al sur del
desierto del Sahara. Para indicar que somos una subespecie del Sapiens,
nos llamamos Homo Sapiens Sapiens. Somos la única variedad humana
sobre la tierra.
El proceso adoptó distintas formas. Algunos de los que estaban
en África desarrollaron cuerpos largos y delgados que exponían
gran cantidad de piel y que, por tanto, el aire podía enfriar
con más facilidad. El oscuro pigmento de su epidermis los protegía
de los rayos ultravioleta del sol tropical y su cabello ensortijado
su cabeza del calor. Pero en cambio los humanos que vivían en
Europa y en Asia, al tener que enfrentarse a largos y oscuros inviernos,
tenían otras necesidades. Para preservar sus huesos del debilitamiento,
necesitaban luz solar que estimulase la producción de vitaminas
D. La piel oscura habría sido barrera demasiada fuerte, de modo
que desarrollaron una epidermis sonrosada o amarillenta con poco pigmento".
Considero que el último párrafo es muy ilustrativo no
sólo en el origen de las razas. También lo es del determinismo
geográfico. Con particular atención.
Clímaco Ramírez Quintero.
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